Nacido en Galicia y fallecido en calzoncillos, José
Manuel de la Gorra
fue uno de los redactores de instructivos más prolíferos y osados del siglo
XX. Y aunque es en vano ahondar en
detalles sobre su carrera, pues él mismo se encarga de hacerlo en las
introducciones de cada uno de sus trabajos, vale recordar que su propio afán de
embarcarse en la resolución práctica de tareas cada vez más intricadas lo llevó
a la muerte. Cómo ahogarse en un vaso de
agua fue su última obra. A
continuación, la versión original de uno de sus más famosos instructivos:
Cómo pasar un camello
por el ojo de una aguja
Mi
nombre es José Manuel de la
Gorra , tal vez me conozcan de exitosos instructivos como Cómo meter un huevo duro en una botella de
aceite, Cómo encontrar una aguja en
un pajar, Cómo chuparse el codo (de
la trilogía Cómo chuparse las
extremidades), Cómo abrir una botella
de vino con un zapato, Cómo obtener peras de un olmo, Cómo obtener color celeste
sin costo alguno, Cómo dormir con niños y amanecer seco, Cómo hacer la segunda
cosa sin hacer la primera, Cómo escupir para arriba sin salir perjudicado, Cómo
defender lo indefendible, Cómo cruzar
un burro y una hormiga I (La paciencia) y Cómo cruzar un burro y una hormiga II
(La saliva) y Cómo ganar el solitario Spider. En esta ocasión os enseñaré
cómo pasar un camello por el ojo de una aguja, entendiendo por camello cualquier animal que tenga dos
jorobas y mastique con gracia, y por ojo
de una aguja cualquier orificio de una aguja que, no sirviendo para mirar,
bien sirva para pasar un camello.
Grandes,
chicos, hombres, mujeres, blancos, negros, cristianos, judíos, todos, alguna
vez, por necesidad o sólo por diversión, hemos intentado pasar un camello por
el ojo de una aguja, en la mayoría de los casos, sin haber conseguido más que
un profundo sentimiento de frustración y de falta de realización personal. Y es
que el problema del camello y la aguja no es tan sencillo como aparenta. ¿A
cuántos de vosotros se os ha pinchado la burbuja del optimismo por la
turbulencia del impacto del camello contra la aguja? A muchos ¿verdad? Pero a
ninguno antes del impacto, y esto es porque, a primera vista, realmente parece
muy sencillo.
Ahora bien, ¡a no desanimarse! Siguiendo los consejos que a continuación os brindo, encamellar una aguja os resultará más fácil que preparar una solución homogénea de aceite y adoquines.
Materiales necesarios:
.
Camellos: 1
. Agujas:
1
.
Vaselina: a gusto.
Primer paso: para facilitar el pasaje del animal
por el ojo de la aguja, es conveniente que procuréis conseguir una aguja más
bien grande y un camello más bien pequeño. Si bien es cierto que cualquier
encamellador con experiencia puede pasar cualquier camello por el ojo de
cualquier aguja, para un novato el asunto se vuelve harto más simple si se
trata de una aguja especial para pasar camellos. Si no tienes dinero suficiente
para comprar una aguja para pasar camellos (suelen ser muy costosas), ¡no os
preocupéis! Compra una para pasar caballos que es considerablemente más
económica y también funciona.
Segundo paso: toma al camello por los extremos y
dóblalo por la mitad, luego en cuartos, luego en octavos y, sucesivamente, en
cuántas partes sea necesario para que su grosor máximo coincida con el diámetro
del ojo de la aguja.
Tercer paso: unta vaselina sobre el camello ya
doblado ¡y listo! Nuestro camello ya está listo para ser pasado por el ojo de
una aguja especial para pasar camellos.
¿No era tan difícil verdad? Y no olvidéis que
nuestro método evita la solución simplista y antiecologista de licuar al
camello y pasarlo en estado líquido.
Hasta aquí la resolución del bíblico problema del
camello y el ojo de la aguja. Espero que os haya resultado útil.
En la próxima entrega: Cómo fotocopiar un contrabajo.
4 comentarios:
jajajajajajajajajja!!!!!!
Lujo asiático!!!
Jarka casate conmigoo.
jarca dame tu simiente
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