Horóscopo post noventas

Hay quienes aseguran que el destino de las personas es inalterable o, lo que es igual, que está escrito en un archivo de Word 97 bajo clave alfanumérica de 36 dígitos. Otros, menos fanáticos de las baladas románticas, creen que hay momentos en la vida de cada persona en los que el camino se bifurca y es uno mismo quien tiene que elegir. Ejemplifican estas situaciones, con el momento de la vida en que uno decide si primero va el Nesquik y después la leche, o al revés, o le da lo mismo, y luego si le pone azúcar o no. Situación no menor, en la que, entre otras cosas, las personas definen indirectamente su orientación sexual y la intensidad de su gusto por el tenis de mesa.
Hay un tercer grupo que dice que el destino no existe, pero quiénes son Antonio Machado y los suyos para arruinarnos la nota…
Una sola cosa reconocen los miembros de todos los grupos, incluso los hinchas de Vélez, y es que hacia finales de la década del noventa el destino de todos nosotros cayó dentro de una multiprocesadora de las que se venden por Sprayette, y desde entonces el clásico horóscopo de Piscis, Aries, Capricornio y Andrómeda, ya no le anticipa el futuro a nadie.
Luego de una reunión cumbre en Los Cocos, provincia de Córdoba, de la que participaron Antonio Banderas, el sobrino ludópata de Charlie Parker y Romina Gaetani, un nuevo y actualizado horóscopo ha venido a iluminar nuestros caminos.

Inspirado en constelaciones noventosas que estaban a la vista de cualquier observador atento, llegan a No pidas pan, los primeros cuatro signos del Horóscopo post noventas que de ahora en adelante regirá nuestras vidas:

Naranjú
(desde el 28 de febrero hasta el 2 de marzo a las 16:15 hs.)
Irreverentes, bigotudos y canutos. Amantes de los VHS. Les gustan los retos, pero no tan fuertes. Fríos pero querendones. Gozan de las espaldas más envidiables de todo el zodíaco; superficies de piel suave, sin pelos, ni lunares, ni juanetes, que llegan a medir hasta 56 dedos de ancho. ¡Quién pudiera…!

Si juegan al truco de a cuatro, cantan Falta envido en la tercera mano y pierden con 26. Si juegan al truco de a seis, se enamoran de su rival en el pica-pica, por más barba que tenga.
En el trabajo son prolijos y no mucho más.

Topper de lona
(desde el Miércoles de cenizas hasta el día de la Independencia de Colombia)
Menudos, acuciantes y abombados. Fanáticos de las bolsas de polietileno. Son nudistas pudorosos y saben resolver muy rápidamente sus largas contradicciones. Les gusta cantar el Ave María durante el ocaso, predilección que los enemista con el resto de los signos de lona, que suelen acusarlos de depresivos y papeloneros.
Ven fútbol pero no gritan los goles, excepto cuando convierte un defensor.
En el trabajo no toman café.

Pasacassette
(todos los jueves del año, con tu tarjeta del Banco Patagonia)
Punzantes, salidores, complacientes. Los pasacassetteanos son los saludadores más inescrupulosos de la línea sapiens-sapiens. Toman por la cara a su víctima con las dos manos, se posicionan en forma perpendicular al cachete-objetivo y finalmente apoyan sus pecaminosos labios durante más de seis segundos.
Son repudiados por todo el zodíaco, condición que los vuelve excelentes jugadores de Sudoku, Buscaminas y Uno solo.
En el trabajo sacan excelentes fotocopias.

Tazo ganador
(todo julio, excepto el 9)
Cabuleros, tajantes, comedidos. De dedos grandes y nudillosos, percuten mejor que ningún otro signo al compás del William Tell del Nokia 1100. Si emprenden un proyecto usan guantes. La música les resbala y el jabón los apasiona.
Sienten una fuerte atracción por la contaminación del medioambiente y la erradicación del té de boldo.
En el amor son mugientes. En el trabajo, recordados.