Carne, papas y un matrimonio perfecto

El destapador de caños en baños públicos Miguel Nieto solía decirle a quien quisiera escucharlo: “La clave de la felicidad en los matrimonios, es la carne con papas”.

Yo lo conocí en ocasión de un locro un 9 de julio de quién sabe cuándo. Habiendo consumido ya dos abundantes porciones sin encontrar la paz para mi infatigable estómago, y viendo venir por lo menos dos porciones más que ponían en peligro la paz de mi infatigable matrimonio, decidí suspender la ingesta. Suspensión que duró lo que duró la conversación telefónica que mantuve con Miguel, ya que decidí contratar sus servicios con anticipación, pues estaba a la vista que serían requeridos.

Él llegó cuando yo acababa de acabar el segundo segundo plato, y, contando con la tranquilidad de saber que él aguardaba detrás de la puerta, pude darme por completo al cumplimiento del deber. Fue mi obra maestra. Cuando salí, él esperaba firme en su puesto detrás de la puerta. Tardé un rato en darme cuenta de que estaba desvanecido; cuando reaccionó, se armó de coraje y sopapa en mano, no dudó en combatir al enemigo tenazmente.

Mientras trabajaba, tuvimos tiempo de comentar capítulo por capítulo la Divina Comedia de Dante, así como también las Obras Completas de Borges y Cortázar, y parte de la teoría aristotélica. “Es que en los baños públicos uno oye cosas”, comentó cuando le pregunté el origen de tal erudición. “Y la gente en los baños lee mucho”.

De cualquier manera, lo que más me llamó la atención (además de la tenacidad con la que combatió horas y horas con ambos pies sobre la tabla y parte del cuerpo hundido en la cavidad demoníaca) fue su teoría sobra la felicidad en el matrimonio.

CONTINÚA ESTA NOCHE...