El siglo 21 trajo consigo modas y
actividades de los más particulares a lo largo y a lo ancho del globo. El yoga,
el vegetarianismo, el fútbol amateur, el bonsái, el fanatismo por Racing, la
abolición de la esclavitud, la TV basura, la desaparición de programas como ZAP
TV y La Corte, el reggaeton, la dactilografía, la paciencia del elefante, Juan
Alberto Mateyco, las drogas blandas, las drogas duras, las drogas en general,
el general, las tribus urbanas, Gastón Pauls y la vuelta de Obligado, entre
otras, son sólo algunas de las que vienen sumando seguidores desde hace más de
10 años y prometen seguir así.
Una de las más difundidas es la
que propuso la abolición de las medidas tradicionales de tiempo, espacio y
etcétera por medidas nuevas, accesibles para cualquier hijo de vecino. Aunque
en este tiempo han logrado cambios revolucionarios, el proceso fue gradual. En
un principio, se propuso agregarle adjetivos a las medidas, dando lugar así a
frases como “Hay que caminar unos lindos 600 metros ”, “Duró unos
10 minutos largos” o “Dame un tartamudo kilo de cebollas”.
Una vez establecido el sistema de
adjetivos, se pasó a la segunda fase, que consistía en cambiar las medidas por
elementos cotidianos como un huevo, una bocha o un burro. ¿El resultado? Frases
como “La operación le costó un huevo”, “Escucho una banda” o “Te extrañé. Bocha”.
El paso 3 era mucho más
ambicioso, y también fue llevado a cabo con éxito. El objetivo era que, ya
implementada la relación entre objetos y medidas, se suprimiera la palabra
original, quedando solo el elemento. ¿Muy complicado? Veamos unos ejemplos:
–Che, esto es un bajón, ¿en cuánto nos vamos?
–Dentro de una birra salimos…
–¡Julián, odená tu cuarto!
–Bancame un Nesquik…
Sin embargo, la creatividad de la
gente que busca abolir las medidas no tiene límites (vaya casualidad) y la
evolución sigue. Recientemente, ha habido denuncias de gente que escuchó frases
del estilo de “Estoy dando vueltas hace un gil”, “Me costó un Perú”, “Queda a
dos salames de casa” y “Hace un Naco que no me conecto”, entre muchísimas
otras.
Esperemos que este tipo de expresiones no se propague y retomemos las costumbres y el habla que Occidente quiere para sus pueblos.
4 comentarios:
¡Larga vida al SIMELA!
Reclamemos y hagamos valer la ley 19.511 de 1972.
MORTAAAAAL MARTO! muuy muy buenaa! Agradecimientos al Beibe Nacoo
jajajajjaja
aguantame un pucho que comento
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