martes, 12 de abril de 2011

Vísteme despacio, que el tiempo no existe

El profeta, pelado y científico barrial Ruben Machina dio a conocer, poco antes de su autoexilio en moto hacia alguna otra dimensión, una serie de refutaciones que derrumban algunas teorías, dichos y hechos acerca del tiempo; su paso, su trote y su galope, galope, galope.
Su sueño era abolir el tiempo; su cénit -fantaseaba de noche-, que el fin de lo sucesivo y cambiante lo encontrara de racha en Palermo o San Isidro. El primero y más miope impulso de Ruben fue, desde luego, agujerear a los tiros todos los relojes de la casa, del barrio, del mundo y del universo, pero su madre, el intendente, la Confederación Suiza y un enojadísimo Cronos le volaron dos muelas en la esquina de su casa y le prendieron al brazo un Citizen de titanio, "¡andá a romperlo, caprichoso!".
Un gallo adepto al Cuba Libre y una hermosa rubia que le pidió diplomáticamente un tiempo demasiado parecido a la eternidad lograron hacer de este hombre cualquiera un guerrero en contra de las horas. De allí en más, estos son algunos de los resultados de su sedentaria vida de laboratorio . La versión completa, en quince tomos, se quemó en Alejandría (entendemos que algún truco para burlar al tiempo habrá encontrado):
Como buen científico, Machina se encargó primero de fijar su objeto de estudio: "El Tiempo resulta ser el envase que contiene todo aquello que no sea Zulma."

Mirar la vida, el paso de los años, en perspectiva
: según Ruben, la mejor manera de llevar a cabo este consejo es pararse en un banquito.
A mal tiempo, buena cara: Ruben se engañó algún tiempo entendiendo este enunciado como un sinónimo de "si llueve, me tomo una damajuana"; después estuvo largo rato turnándose entre libros de historia y el Weather Chanel; finalmente, cayó en la cuenta de que la implacable solución era una visita al quirófano.
El tiempo es oro: O una brasa hirviendo, según quién lo mire, si va ganando o perdiendo, la posición, el promedio y las ganas de ir al baño. ¡Terminalo, juez!
Teoría espacio-tiempo (como entidad única en la cual se desarrollan todos los acontecicmientos del universo): "¿Y los sueños, las fallas en la Matrix (vulg. dejá-vus), la 3D (tercera dimensión) y los chizitos ketchup? Muchas horas de charla en sets de filmación con Woody Allen me iluminaron: si espacio y tiempo son una única cosa, que nadie se sorprenda cuando pregunte la hora y le contesten "faltan 15 kilómetros para las cuatro".
Tiempo al tiempo: "Esta refutación me costó una larga amistad con el Bahiano. No quisiera habla de eso".
Veinte años no es nada: Años y años lo tuvo pensando y penando a Ruben el célebre fragmento de Gardel; finalmente, rotos todos los tubos de ensayo de su laboratorio, se pronunció del siguiente modo: "Al final, más que a nada, veinte años se parece mucho a la mitad de cuarenta. Me acusan de simplista por este postulado, pero nadie saltó de su pupitre y acusó a la maestra de primero cuando le explicó que seis menos tres era tres".
"Vísteme despacio que estoy apurado": ¿Cuánto podemos fiarnos de una persona que, convertido emperador de casi toda Europa, no sabía ponerse solo un par de medias? Investigaciones más dicharacheras atribuyen esta frase a algún porteño holgazán. Continuaría, en rima, de este modo: "Vísteme despacio, que me rajaron del laburo y no me voy a ningún lado". Misma desconfianza para con él.
En la tardanza está el peligro: Pregonaba, entre Ferraris, mansiones caribeñas y canales de TV el creador de las primeras pastillas laxantes.
No hay mal que dure cien años: Se repitió con esperanza una y mil veces Ruben al cuarto día de encontrarse a dos casilleros de ganar un Ludo Matic, víctima de la perversa ley de rebote.
El tiempo vuela: "Y el mundo sufre como un perro. Deducción: El tiempo es Falcor, y esta es La Historia Sin Fin. Si el tiempo vuela, Mufasa está vivo y el Coyote empachado."
El tiempo se va para no volver: "¿A dónde? ¿Quién se lo guarda? Yo quiero un poco. Me parece que no se va a ningún lado, en todo caso le suelta la mano, todo el tiempo, al último momento".
"Ahora..., En este mismo instante...": "Se cansan de repetir por igual los comentaristas de la NASA y los vendedores de Sprayette. Ahora ya pasó, mi amigo; ahora es hace un segundo, y yo queriendo ponerle un lastre".

Rendido, rechazado su esceptisismo por muchos y lleno de ganas de dedicarse a alguna otra cosa que le importara al menos los cinco pesos para gastarse en el burro más feo del hipódromo, Ruben Machina encontró la fórmula (gramatical) charlando en París, antes de su misteriosa desaparicón, con un tal Julio, argentino él, que entre dos Cinzanos perezosos y hablando del tiempo, lo llamó "ese gris compadre pitando allí sin hacer nada". "Pucho largo", pensó el científico Ruben, "si nunca pide fuego".

16 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buena, loscri

Pedro dijo...

Gracias, Jinete Sin Cabeza!

Jinete Sin Cabeza dijo...

No es nada.

Anónimo dijo...

Increible chabon

Anónimo dijo...

TREEMEENDAAA. Vos estás más para un libro me parece

Anónimo dijo...

Muuuy buenaaa peeter! de peelos la verdaad!

Faustino Sartmiento ex Mitre dijo...

Excelente, simplemente eggs celeste

Anónimo dijo...

buenisimaaaaaaaaaaa me encanto los felicito!

Anónimo dijo...

Jajaja él es regalado para el cumpleaños del reloj

Pedro dijo...

CIERTO, CHAMIGO!

Davor Suker dijo...

Dicen algunos libros de histora que Napoleon perdio en Waterloo porque no llevaba puestos sus soquetes de la suerte; la criada que se encargaba de ponerselos enfermo ese dia y falto sin previo aviso. Lo que no dicen los libros de historia es si alguien se encargaba de ponerle la ropa interior.

Muy bueno Peter; muy bueno No Pidas Pan.

Anónimo dijo...

MUY BUENO!

Anónimo dijo...

haha geniall

Anónimo dijo...

Muy bueno esto

Juan Sin Tierra dijo...

jajjaja esto esta muy bien!
posta, es muy particular.

abrazos!

J.S. dijo...

y hablando del tiempo, lo llamó "ese gris compadre pitando allí sin hacer nada". "Pucho largo", pensó el científico Ruben, "si nunca pide fuego".

Que remate Peteeeeeeeer! Buenísima!